La granada, un gran tesoro

El otoño y la Granada


Hace unos días me regalaron unas estupendas granadas. 

Cada vez que abro este preciado fruto es como encontrarme un tesoro, un cofre lleno de rubíes que me asombran al igual que me requetechiflan.

 

Y no es para menos, están llenas de nutrientes y muy relacionadas con la fertilidad en Asia central. Es diurética, nos ayuda con las inflamaciones de la boca y para combatir la sequedad de las mucosas. Tiene gran poder antioxidante, es rica en manganeso y si las miramos al trasluz se ven preciosas y eso va relacionado con la ayuda en mantener nuestras arterias limpias y saludables.

Tiene taninos y ello le da un efecto antiinflamatorio sobre la mucosa digestiva. 

 

Para los que tengáis acceso a ellas, un zumo de granada reduce el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y es que tienen más antioxidantes que muchas frutas.

 

La podéis tomar pelada, si tenéis prisa, la cortáis por la mitad y podéis golpearla con el palo del mortero. 

 

Y también podéis tomar su zumo, en los mercados he visto que ya se empiezan a ver máquinas que extraen su zumo pero lo podemos hacer en casa, partiendo en dos la granada y exprimiéndola como una naranja. 

 

Pues entonces, a disfrutar de este gran tesoro!